La Secretaría Ejecutiva del Plan de Acción organizó el Taller regional sobre acidificacion del océano: "Desarrollando capacidades para las observaciones del océano en seguimiento de la meta 14.3 de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible" - en la ciudad de Guayaquil, Ecuador del 19 al 21 de junio de 2018.
El objetivo del este taller fue promover la investigación y el monitoreo de la acidificación del océano en los países del Pacífico Sudeste, fomentar alianzas y promover la recopilación y experimentación de datos.
La reducción del pH del agua de mar, llamada comúnmente como acidificación, es una consecuencia del incremento de la concentración de CO2 en la atmosfera que ingresa al océano cambiando su composición química. Es un tema preocupante por el costo ecológico asociado y que no afecta a los ecosistemas marinos en forma aislada.
Otros estresores ambientales pueden interactuar con la acidificación del océano, como el calentamiento y la estratificación del océano, la desoxigenación o los eventos extremos, así como otras perturbaciones antrópicas como la sobrepesca y la contaminación.
El océano absorbe hasta el 30% de las emisiones anuales de CO2 de origen antrópico que se emiten a la atmósfera, ayudando a aliviar los impactos del cambio climático en el planeta. Sin embargo, esto tiene un costo ecológico asociado, pues el CO2 absorbido reacciona en el agua de mar y provoca cambios en los niveles de acidez del océano. La acidez cambiante se refleja con una disminución del pH del agua de mar y por cambios relacionados a la química del carbonato, incluido el estado de saturación de aragonita, que es la forma principal de carbonato de calcio utilizado por especies clave para formar conchas y material esquelético (por ejemplo, construcción de arrecifes de coral y conchas de moluscos). Las observaciones de la acidez marina en mar abierto y en localidades costeras han revelado que las condiciones actuales a menudo están por encima de los niveles preindustriales.